Impostura:
El argumento de Impostura es fácil de resumir: un mendigo es sorprendido robando vasos de bronce en el cementerio de cierta ciudad; este personaje es recluido, como castigo, en un manicomio. La mención casual del número 2007 por parte de Barnaola, secretario del doctor Vigil, mientras camina con éste (quien es el siquiatra a cargo de este sanatorio), hace que, un año después de haber recibido a este mendigo como enfermo, busquen destino para él, por el sencillo motivo de que es un desmemoriado, un hombre con la mente en blanco, sin recuerdos, sin pasado, sin raíces.
Barnaola
y el doctor Vigil hacen publicar la foto del desmemoriado en el
periódico La Vanguardia, lo cual mueve los engranajes de la historia: dos
mujeres, en dos días distintos, reclaman al hombre como su esposo. Una de ellas
jura que se trata del profesor Ramón Bruch, “escritor desaparecido a orillas
del Volga, en el curso de un encarnizado combate de la División Azul”;
la otra asegura que no es otro que Claudio Nart, “tipógrafo en su juventud y
extorsionador y ladrón de vasos funerarios en los últimos tiempos”. Dos hombres
totalmente distintos, dos seres contrastantes, uno identificado por el amor de
una esposa que lo reclama (caso de Bruch), el otro por el deseo de que se haga
justicia y pague sus actuaciones ilícitas (caso de Nart y su vengativa
familia).
“Eran
días y años en los que nadie quería ser lo que era y todos en silencio deseaban
huir de sus nombres y ser, a cualquier precio, otros, aunque para ello fuera
preciso vender el alma al diablo, mudarse de cama y de enfermedad en una
Barcelona que era el más gigantesco hospital” (pág 54).
La
Barcelona de Impostura es un sitio adusto en el que la felicidad
y la realización son apenas dos tímidas posibilidades, una “gélida alma” de
“fugaces transeúntes que vagaban como ánimas en pena”. En ese paisaje gris,
Barnaola y Vigil, el sin memoria y los que tratan de llenársela son reflejos de
la abulia que pretenden ir llenando con esta aventura casual que se les
presenta.
Acerca
De Impostura:
El
término “impostura” tiene dos definiciones. La primera de ellas se refiere a
una acusación falsa o maliciosa; la segunda, a un engaño que pretende pasar por
verdad, un fingimiento. En la novela Impostura, del español Enrique
Vila-Matas (1948), la acepción más cercana es la segunda (el fingimiento, la
pretensión de ser alguien distinto, la suplantación), aunque la sensación fría
y descarnada de la primera repta entre cada párrafo de esta breve novela.
Lo
Que Algunos Opinan:
«Un
libro contado con habilidad y que nos revela que su autor es un narrador nato.»
L. Azancot, Abc.
«Logradísimo
desenlace que te obliga a llevarte las manos a la boca si no deseas que un
moscardón se te incruste en el esófago. Una delicia.» Víctor Moreno, Egin.
«Alejamiento
radical de los cánones usuales del realismo. Uno de nuestros jóvenes narradores
más originales e inquietantes.» Mercedes Monmany, Diario 16.
«Enrique
Vila-Matas es uno de los autores más malignos y peores enemigos de la moral
pública del que jamás haya tenido noticia escrita.» Jordi Llovet, La
Vanguardia.
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